Como ya les conté, Marzo fué un mes del culo pero trajo con él una reflexión a la cual me da más miedo que el mismísimo Marzo. La semana pasada le di mi ultimátum a mi terapeuta con el tema de la depresión galopante pero también estamos en una encrucijada. Por un lado, es el primer mes con la suba de la medicación y podríamos decir que recién al final del primer mes de la toma se ven los resultados. Por otro lado, desde que comencé el Abril Offline que está dando resultados dentro de mi autoestima y me causa gracia porque después de patalear tanto con que quiero que me den una pastilla que me den ganas de trabajar, finalmente empiezo a ver con un poco de claridad… pero las ganas de trabajar no estan jaja.
La última sesión de terapia admití algo que me genera PÁNICO. Ahora que me amigué con mi niñez, dentro de lo que se puede obvio, y estoy activamente ejercitando mi lado niño en donde me siento a dibujar o hacer cosas sin una expectativa capitalista. Mi pánico lentamente empezó a asomarse desde que admití pequeñas cosas como que ahora disfruto escuchar la música de cuando era chica, o dibujo sin culpa al tiempo que pierdo con eso, etc. Admitir que es tiempo de comunicarse con su yo adolescente es algo normal, quiero creer, pero en mi camino haciendo terapia siempre lo esquivé. Decidí hacer este pequeño dibujo para dejar plasmada la sensación que tengo.
Esa Julieta de 16 años tiene energía para derribar a medio gobierno, pelearse en un recital, crear infinitamente en el colegio, escribir relatos cortos y organizar cafés literarios en el colegio. Julieta casi no comia, dormia la mayor parte del día para evadir las conversaciones con los integrantes de la casa que le tocaba de turno, leia y escribia para escapar de su realidad. En el colegio vivía con los auriculares puestos con el volumen al máximo, entregaba en blanco durante el año y rendía todo en diciembre como si fuese la Universidad. Julieta estaba cansada. En el colegio tampoco le daban un espacio de contención. ¿Como se puede tener una conversación civil con una persona que si pudiese, te charla con una navaja en la mano y te pide que te retires cuando algo le cayó mal?
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Banco no dejar morir el adolescente interno. Yo, en algunos aspectos, vuelvo a él recurrentemente, siempre hay algo piola para revisitar. Que la vida adulta no nos haga seres grises 🫂